Dia 22. Programa Eres tal como Dios te creó.
Hazte a un lado y acepta la verdad
Lecciones de Milagros para el Ser.
Hazte a un lado con fe y deja que la verdad te muestre el camino. No sabes adónde vas. Pero Uno que sabe te acompaña. Deja que Él te guíe junto con los demás.
Cuando los sueños se hayan acabado, cuando el tiempo haya cerrado sus puertas a todo lo pasajero y los milagros ya no tengan objeto, el Hijo de Dios no emprenderá más jornadas. Ya no tendrá ningún deseo de ser una ilusión en vez de la verdad. Hacia esto es hacia donde nos encaminamos, a medida que seguimos adelante por el camino que la verdad nos señala. Ésta es nuestra jornada final, la cual llevamos a cabo por todos. No perdamos el rumbo. Pues así como la verdad va delante de nosotros, también va delante de los hermanos que nos seguirán.
Nos encaminamos hacia Dios. Haz una pausa y reflexiona sobre esto: ¿Qué camino podría ser más santo, más merecedor de tus esfuerzos, de tu amor y de tu absoluta dedicación? ¿Qué camino podría darte más de lo que es todo u ofrecerte menos y aun así satisfacer al santo Hijo de Dios? Nos encaminamos hacia Dios. La verdad que ahora va delante de nosotros es una con Él y nos conduce allí donde Él siempre ha estado. ¿Qué otro camino sino éste podría ser una senda que preferirías elegir?
Tus pies ya están firmemente asentados en el camino que conduce al mundo hacia Dios. No busques otros caminos que puedan llevarte a otro lugar. Los sueños no son guías dignos de ti que eres el Hijo de Dios. No olvides que Él te ha tomado de la mano y te ha dado tus hermanos con la certeza de que eres merecedor de la confianza que Él ha depositado en ti. Él no puede ser engañado. Su Confianza ha hecho que tu trayectoria sea certera y tu meta segura. No les fallarás a tus hermanos ni a tu Ser.
Y ahora sólo te pide que pienses en Él por un rato cada día para que pueda dialogar contigo y hablarte de Su Amor, recordándote cuán grande es Su Confianza, cuán infinito Su Amor. En tu Nombre y en el Suyo, que son el mismo, gustosamente practicamos con este pensamiento:
Nos encaminamos hacia Dios. Haz una pausa y reflexiona sobre esto: ¿Qué camino podría ser más santo, más merecedor de tus esfuerzos, de tu amor y de tu absoluta dedicación? ¿Qué camino podría darte más de lo que es todo u ofrecerte menos y aun así satisfacer al santo Hijo de Dios? Nos encaminamos hacia Dios. La verdad que ahora va delante de nosotros es una con Él y nos conduce allí donde Él siempre ha estado. ¿Qué otro camino sino éste podría ser una senda que preferirías elegir?
Tus pies ya están firmemente asentados en el camino que conduce al mundo hacia Dios. No busques otros caminos que puedan llevarte a otro lugar. Los sueños no son guías dignos de ti que eres el Hijo de Dios. No olvides que Él te ha tomado de la mano y te ha dado tus hermanos con la certeza de que eres merecedor de la confianza que Él ha depositado en ti. Él no puede ser engañado. Su Confianza ha hecho que tu trayectoria sea certera y tu meta segura. No les fallarás a tus hermanos ni a tu Ser.
Y ahora sólo te pide que pienses en Él por un rato cada día para que pueda dialogar contigo y hablarte de Su Amor, recordándote cuán grande es Su Confianza, cuán infinito Su Amor. En tu Nombre y en el Suyo, que son el mismo, gustosamente practicamos con este pensamiento:
Me haré a un lado y dejaré que Él me muestre el camino, pues deseo recorrer la senda que conduce hasta Él.