Primer Encuentros Online
con maestros de Dios
con maestros de Dios
La llamada de Jesús a través de Un Curso de Milagros
Tema: Tu función especial
Escucha el Audio del primer encuentro:
La reproducción inicia minuto06
La reproducción inicia minuto06
Te entrego este instante santo. Sé Tú Quien dirige, pues quiero simplemente seguirte, seguro de que Tu dirección me brindará la paz.
L-361
Enseñanza del Maestro de maestros.
Tu función especial
Tx. 25.6
Tx. 25.6
1. La Gracia de Dios descansa dulcemente sobre los ojos que perdonan, y todo lo que éstos contemplan le habla de Dios al espectador. 2 Él no ve maldad ni nada que temer en el mundo o nadie que sea diferente de él. 3 Y de la misma manera en que ama a otros con amor y con dulzura, así se contempla a sí mismo. 4 No se condenaría por sus errores tal como tampoco condenaría a otro. 5 No es un árbitro de venganzas ni un castigador de pecadores. 6 La dulzura de su mirada descansa sobre sí mismo con toda la ternura que les ofrece a los demás. 7 Pues sólo quiere curar y bendecir. 8 Y puesto que actúa en armonía con la Voluntad de Dios, tiene el poder de curar y bendecir a todos los que contempla con la Gracia de Dios en su mirada.
2. Los ojos se acostumbran a la obscuridad, y la luz de un día soleado les resulta dolorosa a los ojos aclimatados desde hace mucho a la tenue penumbra que se percibe durante el crepúsculo. 2 Dichos ojos esquivan la luz del sol y la claridad que ésta arroja a todo lo que contemplan. 3 La penumbra parece mejor: más fácil de ver y de reconocer. 4 De alguna manera lo vago y lo sombrío parece ser más fácil de contemplar y menos doloroso para los ojos que lo que es completamente claro e inequívoco. 5 Éste, no obstante, no es el propósito de los ojos, y ¿quién puede decir que prefiere la obscuridad y al mismo tiempo afirmar que desea ver?
3. Tu deseo de ver hace que la Gracia de Dios descienda sobre tus ojos, trayendo consigo el regalo de luz que hace que la visión sea posible. 2 ¿Quieres realmente contemplar a tu hermano? 3 A Dios le complacería que lo hicieras. 4 No es Su Voluntad que no reconozcas a tu salvador. 5 Tampoco es Su Voluntad que tu salvador no desempeñe la función que Él le encomendó. 6 No dejes que se siga sintiendo solo por más tiempo, pues los que se sienten solos son aquellos que no ven ninguna función en el mundo que ellos puedan desempeñar, ningún lugar en el que se les necesite ni ningún objetivo que sólo ellos puedan alcanzar perfectamente.
4. Ésta es la percepción benévola que el Espíritu Santo tiene del deseo de ser especial: valerse de lo que tú hiciste, para sanar en vez de para hacer daño. 2 Él le asigna a cada cual una función especial en la salvación que sólo él puede desempeñar, un papel exclusivamente para él. 3 Y el plan no se habrá llevado a término hasta que cada cual descubra su función especial y desempeñe el papel que se le asignó para completarse a sí mismo en un mundo donde rige la incompleción.
5. Aquí, donde las Leyes de Dios no rigen de forma perfecta, él todavía puede hacer una cosa perfectamente y llevar a cabo una elección perfecta. 2 Y por este acto de lealtad especial hacia uno que percibe como diferente de sí mismo, se da cuenta de que el regalo se le otorgó a él y, por lo tanto, de que ambos tienen que ser necesariamente uno. 3 El perdón es la única función que tiene sentido en el tiempo. 4 Es el medio del que el Espíritu Santo se vale para transformar el especialismo, de modo que de pecado pase a ser salvación. 5 El perdón es para todos.6 Mas sólo es completo cuando descansa sobre todos, y toda función que este mundo tenga se completa con él. 7 Entonces el tiempo cesa. 8 No obstante, mientras se esté en el tiempo, es mucho lo que todavía queda por hacer. 9 Y cada uno tiene que hacer lo que se le asignó, pues todo el plan depende de su papel. 10 Cada cual tiene un papel especial en el tiempo, pues eso fue lo que eligió, y al elegirlo, hizo que fuese así para él. 11 No se le negó su deseo, sino que se modificó la forma del mismo, de manera que redundara en beneficio de su hermano y de él, y se convirtiera de ese modo en un medio para salvar en vez de para llevar a la perdición.
6. La salvación no es más que un recordatorio de que este mundo no es tu hogar. 2 No se te imponen sus leyes ni sus valores son los tuyos. 3 Y nada de lo que crees ver en él se encuentra realmente ahí. 4 Esto se ve y se entiende a medida que cada cual desempeña su papel en el des-hacimiento del mundo, tal como desempeñó un papel en su fabricación. 5 Cada cual dispone de los medios para ambas posibilidades, tal como siempre ha dispuesto de ellos. 6 Dios dispuso que el especialismo que Su Hijo eligió para hacerse daño a sí mismo fuera igualmente el medio para su salvación desde el preciso instante en que tomó esa decisión. 7 Su pecado especial pasó a ser su gracia especial. 8 Su odio especial se convirtió en su amor especial.
7. El Espíritu Santo necesita que desempeñes tu función especial, de modo que la Suya pueda consumarse. 2 No pienses que no tienes un valor especial aquí. 3 Tú lo quisiste, y se te concedió. 4 Todo lo que has hecho se puede utilizar, fácil y provechosamente, a favor de la salvación. 5 El Hijo de Dios no puede tomar ninguna decisión que el Espíritu Santo no pueda emplear a su favor, en vez de contra él. 6 Sólo en la obscuridad parece ser un ataque tu deseo de ser especial. 7 En la luz, lo ves como la función especial que te corresponde desempeñar en el plan para salvar al Hijo de Dios de todo ataque y hacerle entender que está a salvo, tal como siempre lo estuvo y lo seguirá estando, tanto en el tiempo como en la eternidad. 8 Ésa es la función que se te encomendó con respecto a tu hermano. 9 Acéptala dulcemente de su mano, y deja que la salvación se consume perfectamente en ti. 10 Haz sólo esto y todo se te dará
También puedes leer: Tx. 25 VII- 14 La restitución de la justicia al amor
El Hijo de Dios no puede tomar ninguna decisión que el Espíritu Santo no pueda emplear a su favor, en vez de contra él. Sólo en la obscuridad parece ser un ataque tu deseo de ser especial. En la luz, lo ves como la función especial que te corresponde desempeñar en el plan para salvar al Hijo de Dios de todo ataque y hacerle entender que está a salvo, tal como siempre lo estuvo y lo seguirá estando, tanto en el tiempo como en la eternidad.
Lo que convierte a los maestros de Dios en maestros es su reconocimiento del verdadero propósito del cuerpo.
La lección fundamental es siempre ésta: el cuerpo se convertirá para ti en aquello para lo que lo uses. Úsalo para pecar o para atacar, que es lo mismo, y lo verás como algo pecaminoso. Al ser pecaminoso es débil, y al ser débil, sufre y muere. Úsalo para llevar la Palabra de Dios a aquellos que no la han oído, y el cuerpo se vuelve santo. Al ser santo no puede enfermar ni morir.