Abandona tus sueños, santo Hijo de Dios, y elevándote tal como Dios te creó, prescinde de los ídolos y acuérdate de Él. La oración te sostendrá ahora y te bendecirá según alzas tu corazón a Él en un canto ascendente que se eleva muy alto, y luego más alto aún, hasta que tanto lo alto como lo bajo desaparecen. La fe en tu objetivo crecerá y te apoyará según asciendas por la luminosa escalera que te lleva a las praderas celestiales y al umbral de la paz. Pues esto es la oración, y ahí se encuentra la salvación. Éste es el camino. Éste es el regalo que Dios te hace.
Canto de la Oracion.I.3