Éstas son las ideas que vamos a utilizar en este repaso:
1. (79) Que reconozca el problema para que pueda ser resuelto.
2Que hoy me dé cuenta de que el problema es siempre alguna forma de resentimiento que quiero abrigar. 3Que también comprenda que la solución es siempre un milagro al que le permito ocupar el lugar del resentimiento. 4Hoy quiero recordar la simplicidad de la salvación reforzando la lección de que sólo hay un problema y sólo una solución. 5El problema es un resentimiento; la solución, un milagro. 6E invito a la solución cuando perdono la causa del resentimiento y le doy la bienvenida al milagro que entonces ocupa su lugar.
2. Para las aplicaciones concretas de esta idea puedes usar las siguientes variaciones:
2Esto supone un problema para mí que quiero que se resuelva.
3El milagro que se encuentra tras este resentimiento lo resolverá por mí.
4La solución de este problema es el milagro que el problema oculta.
3. (80) Que reconozca que mis problemas se han resuelto.
2La única razón de que parezca tener problemas es que estoy usando el tiempo indebidamente. 3Creo que el problema ocurre primero, y que debe transcurrir cierto tiempo antes de que pueda resolverse. 4No veo el problema y la solución como acontecimientos simultáneos. 5Ello se debe a que aún no me he dado cuenta de que Dios ubicó la solución junto al problema, de manera que el tiempo no los pudiera separar. 6El Espíritu Santo me enseñará esto si se lo permito. 7Y comprenderé que es imposible que yo pudiera tener un problema que no se hubiera resuelto ya.
4. Las siguientes variaciones de la idea de hoy resultarán útiles para las aplicaciones concretas:
2No tengo que esperar a que esto se resuelva.
3Ya se me ha dado la solución a este problema, si estoy dispuesto a aceptarla.
4El tiempo no puede separar este problema de su solución.
1. (79) Que reconozca el problema para que pueda ser resuelto.
2Que hoy me dé cuenta de que el problema es siempre alguna forma de resentimiento que quiero abrigar. 3Que también comprenda que la solución es siempre un milagro al que le permito ocupar el lugar del resentimiento. 4Hoy quiero recordar la simplicidad de la salvación reforzando la lección de que sólo hay un problema y sólo una solución. 5El problema es un resentimiento; la solución, un milagro. 6E invito a la solución cuando perdono la causa del resentimiento y le doy la bienvenida al milagro que entonces ocupa su lugar.
2. Para las aplicaciones concretas de esta idea puedes usar las siguientes variaciones:
2Esto supone un problema para mí que quiero que se resuelva.
3El milagro que se encuentra tras este resentimiento lo resolverá por mí.
4La solución de este problema es el milagro que el problema oculta.
3. (80) Que reconozca que mis problemas se han resuelto.
2La única razón de que parezca tener problemas es que estoy usando el tiempo indebidamente. 3Creo que el problema ocurre primero, y que debe transcurrir cierto tiempo antes de que pueda resolverse. 4No veo el problema y la solución como acontecimientos simultáneos. 5Ello se debe a que aún no me he dado cuenta de que Dios ubicó la solución junto al problema, de manera que el tiempo no los pudiera separar. 6El Espíritu Santo me enseñará esto si se lo permito. 7Y comprenderé que es imposible que yo pudiera tener un problema que no se hubiera resuelto ya.
4. Las siguientes variaciones de la idea de hoy resultarán útiles para las aplicaciones concretas:
2No tengo que esperar a que esto se resuelva.
3Ya se me ha dado la solución a este problema, si estoy dispuesto a aceptarla.
4El tiempo no puede separar este problema de su solución.
El problema los resentimientos
la solucion EL Milagro
Que los milagros reemplacen todos mis resentimientos