LECCIÓN 94
Soy tal como Dios me creó. 1. Hoy continuamos con la idea que nos brinda total salvación; la afirmación que hace que toda forma de tentación sea impotente; el pensamiento que silencia al ego y lo des-hace por completo. 2 Eres tal como Dios te creó. 3 Esta idea acalla todos los sonidos de este mundo, hace que sus vistas desaparezcan y borra para siempre todo pensamiento que alguna vez haya tenido. 4 Con esta idea se alcanza la salvación. 5 Con esta idea se restaura la cordura. 2. La verdadera luz es fortaleza, y la fortaleza es impecabilidad. 2 Si sigues siendo tal como Dios te creó, tienes necesariamente que ser fuerte y la luz tiene que encontrarse en ti. 3 Aquel que se aseguró de que fueras impecable debe ser también la garantía de tu fortaleza y tu luz. 4 Eres tal como Dios te creó. 5 Las tinieblas no pueden ensombrecer la gloria del Hijo de Dios. 6 Te encuentras en la luz, firme en la impecabilidad en la que fuiste creado y en la que permanecerás por toda la eternidad. 3. Hoy volveremos a dedicar los primeros cinco minutos de cada hora de vigilia a intentar sentir la verdad que se encuentra en ti. 2 Comienza estos períodos de búsqueda con estas palabras: 3 Soy tal como Dios me creó. 4 Soy Su Hijo eternamente. 5 Trata ahora de llegar hasta el Hijo de Dios en ti. 6 Éste es el Ser que jamás pecó ni forjó una imagen para reemplazar a la realidad. 7 Éste es el Ser que jamás abandonó Su morada en Dios para irse a deambular indeciso por el mundo. 8 Éste es el Ser que no conoce el miedo ni puede concebir lo que es la pérdida, el sufrimiento o la muerte. 4. Para alcanzar este objetivo no se requiere nada de ti, excepto que dejes a un lado todos los ídolos e imágenes de ti mismo; que vayas más allá de todos los atributos tanto buenos como malos que te hayas adjudicado y que aguardes la verdad en silenciosa expectativa. 2 Dios Mismo ha prometido que ésta le será revelada a todo aquel que la pida. 3 Tú la estás pidiendo ahora. 4 No puedes fracasar porque Él no puede fracasar. 5. Si no cumples con el requisito de practicar durante los primeros cinco minutos de cada hora, al menos recuerda decirte a ti mismo una vez por hora: 2 Soy tal como Dios me creó. 3 Soy Su Hijo eternamente. 4 Repite hoy frecuentemente para tus adentros que eres tal como Dios te creó. 5 Y en caso de que alguna persona parezca irritarte, asegúrate de responder con estas palabras: 6 Eres tal como Dios te creó. 7 Eres Su Hijo eternamente. 8 Haz hoy todo lo posible por llevar a cabo los ejercicios de cada hora. 9 Cada sesión de práctica será un paso gigantesco hacia tu liberación, y un hito en el proceso de aprender el sistema de pensamiento que este curso postula.
Soy tal como Dios me creó. 1. Hoy continuamos con la idea que nos brinda total salvación; la afirmación que hace que toda forma de tentación sea impotente; el pensamiento que silencia al ego y lo des-hace por completo. 2 Eres tal como Dios te creó. 3 Esta idea acalla todos los sonidos de este mundo, hace que sus vistas desaparezcan y borra para siempre todo pensamiento que alguna vez haya tenido. 4 Con esta idea se alcanza la salvación. 5 Con esta idea se restaura la cordura. 2. La verdadera luz es fortaleza, y la fortaleza es impecabilidad. 2 Si sigues siendo tal como Dios te creó, tienes necesariamente que ser fuerte y la luz tiene que encontrarse en ti. 3 Aquel que se aseguró de que fueras impecable debe ser también la garantía de tu fortaleza y tu luz. 4 Eres tal como Dios te creó. 5 Las tinieblas no pueden ensombrecer la gloria del Hijo de Dios. 6 Te encuentras en la luz, firme en la impecabilidad en la que fuiste creado y en la que permanecerás por toda la eternidad. 3. Hoy volveremos a dedicar los primeros cinco minutos de cada hora de vigilia a intentar sentir la verdad que se encuentra en ti. 2 Comienza estos períodos de búsqueda con estas palabras: 3 Soy tal como Dios me creó. 4 Soy Su Hijo eternamente. 5 Trata ahora de llegar hasta el Hijo de Dios en ti. 6 Éste es el Ser que jamás pecó ni forjó una imagen para reemplazar a la realidad. 7 Éste es el Ser que jamás abandonó Su morada en Dios para irse a deambular indeciso por el mundo. 8 Éste es el Ser que no conoce el miedo ni puede concebir lo que es la pérdida, el sufrimiento o la muerte. 4. Para alcanzar este objetivo no se requiere nada de ti, excepto que dejes a un lado todos los ídolos e imágenes de ti mismo; que vayas más allá de todos los atributos tanto buenos como malos que te hayas adjudicado y que aguardes la verdad en silenciosa expectativa. 2 Dios Mismo ha prometido que ésta le será revelada a todo aquel que la pida. 3 Tú la estás pidiendo ahora. 4 No puedes fracasar porque Él no puede fracasar. 5. Si no cumples con el requisito de practicar durante los primeros cinco minutos de cada hora, al menos recuerda decirte a ti mismo una vez por hora: 2 Soy tal como Dios me creó. 3 Soy Su Hijo eternamente. 4 Repite hoy frecuentemente para tus adentros que eres tal como Dios te creó. 5 Y en caso de que alguna persona parezca irritarte, asegúrate de responder con estas palabras: 6 Eres tal como Dios te creó. 7 Eres Su Hijo eternamente. 8 Haz hoy todo lo posible por llevar a cabo los ejercicios de cada hora. 9 Cada sesión de práctica será un paso gigantesco hacia tu liberación, y un hito en el proceso de aprender el sistema de pensamiento que este curso postula.
Leccion 110 Soy tal como Dios me creó. 1. Repetiremos la idea de hoy de vez en cuando. 2 Pues sólo con este pensamiento bastaría para salvarte a ti y al mundo, si creyeras que es verdad. 3 Su veracidad significa que no has efectuado ningún cambio real en ti ni que tampoco has cambiado el universo de manera que lo que Dios creó hubiese podido ser reemplazado por el miedo y la maldad, por la aflicción y la muerte. 4 Si sigues siendo tal como Dios te creó, el miedo no tiene sentido, la maldad no es real y la aflicción y la muerte no existen. 2. La idea de hoy es, por lo tanto, todo cuanto necesitas para dejar que la absoluta corrección sane tu mente y te conceda una visión perfecta que corrija todos los errores que cualquier mente haya podido cometer en cualquier momento o lugar. 2 Esta idea es suficiente para sanar el pasado y liberar el futuro. 3 Esta idea es suficiente para permitir que el presente se acepte tal como es. 4 Esta idea es suficiente también para dejar que el tiempo sea el medio por el que el mundo entero aprende a escaparse del tiempo y de todos los cambios que éste parece producir con su pasar. 3. Si sigues siendo tal como Dios te creó, las apariencias no pueden reemplazar a la verdad, la salud no puede trocarse en enfermedad, la muerte no puede suplantar a la vida ni el miedo al amor. 2 Nada de eso ha ocurrido si tú sigues siendo tal como Dios te creó. 3 No necesitas otro pensamiento que éste para permitir que la redención venga a iluminar al mundo y a liberarlo del pasado. 4. Con este pensamiento basta para des-hacer el pasado y salvar el presente a fin de que se pueda extender serenamente hasta un futuro intemporal. 2 Si eres tal como Dios te creó, entonces no ha habido separación alguna entre tu mente y la Suya, ni división entre tu mente y la de los demás, y sólo ha habido unidad en la tuya. 5. El poder sanador de la idea de hoy es ilimitado. 2 La idea de hoy es la cuna de todos los milagros, la gran restauradora de la verdad en la conciencia del mundo. 3 Practica la idea de hoy con gratitud. 4 Ésta es la verdad que te hará libre. 5 Ésta es la verdad que Dios te prometió. 6 Ésta es la Palabra con la que a todo sufrimiento le llega su fin. 6. Comienza las sesiones de práctica de cinco minutos con esta cita del texto: 2 Soy tal como Dios me creó. 3 Su Hijo no puede sufrir. 4 Y yo soy Su Hijo. 7. Luego, mientras mantienes esta afirmación fija en la mente, trata de encontrar al Ser que es el santo Hijo de Dios. 8. Busca en tu interior a Aquel que es el Cristo en ti, el Hijo de Dios y hermano del mundo; el Salvador que ha sido salvado para siempre y que tiene el poder de salvar a todo aquel que Lo roce, por levemente que sea, y le pida la Palabra que le dice que él es Su hermano. 9. Eres tal como Dios te creó. 2 Honra hoy a tu Ser, 3 y no rindas culto a las imágenes que fabricaste para que fuesen el Hijo de Dios en lugar de lo que él es. 4 En lo más recóndito de tu mente el santo Cristo en ti espera a que lo reconozcas como lo que tú eres. 5 Y mientras no Lo reconozcas y Él siga siendo un desconocido para ti, seguirás perdido y sin saber Quién eres. 10. Búscalo hoy y encuéntralo. 2 Él te salvará de todos los ídolos que has inventado. 3 Pues cuando Lo encuentres, comprenderás cuán indignos son tus ídolos y cuán falsas las imágenes que creías ser. 4 Hoy damos un paso gigantesco hacia la verdad al abandonar nuestros ídolos y abrir nuestros brazos, nuestros corazones y nuestras mentes a Dios. 11. Lo recordaremos a lo largo del día con nuestros corazones rebosantes de gratitud y albergando solamente pensamientos amorosos hacia todos aquellos que hoy se crucen en nuestro camino. 2 Pues así es como Lo recordaremos. 3 Y para poder recordar a Su Hijo, nuestro santo Ser, el Cristo en cada uno de nosotros, decimos: 4 Soy tal como Dios me creó. 5 Declaremos esta verdad tan a menudo como podamos. 6 Ésta es la Palabra de Dios que te hace libre. 7 Ésta es la llave que abre las puertas del Cielo y te permite entrar a la Paz de Dios y a Su Eternidad.
LECCIÓN 162 Soy tal como Dios me creó. 1. Sólo con que mantuvieras este pensamiento fijo en la mente, el mundo se salvaría. 2 Lo repetiremos de vez en cuando, según vayamos alcanzando nuevos niveles en nuestro aprendizaje. 3 Y a medida que avances tendrá cada vez más significado para ti. 4 Estas palabras son sagradas, pues son las palabras que Dios dio como respuesta al mundo que tú construiste. 5 Con ellas éste desaparece, y todo lo que se ve en sus brumosas nubes y vanas ilusiones se desvanece cuando se pronuncian estas palabras, 6 pues proceden de Dios. 2. He aquí la Palabra mediante la cual el Hijo se convirtió en la felicidad de Su Padre, en Su Amor y en Su Compleción. 2 He aquí donde se proclama la Creación y donde se La honra tal como es. 3 No hay sueño que estas palabras no disipen; no hay pensamiento de pecado o ilusión en dicho sueño que no se desvanezca ante su poder. 4 Estas palabras son la trompeta del despertar que resuena por todo el mundo. 5 Los muertos despiertan en respuesta a su llamada. 6 Y los que viven y oyen este sonido nunca verán la muerte. 3. Santo es en verdad aquel que hace suyas estas palabras; que se levanta con ellas en su mente, las recuerda a lo largo del día y por la noche se las lleva consigo al irse a dormir. 2 Sus sueños son felices y su descanso está asegurado, su seguridad es indudable y su cuerpo goza de perfecta salud porque duerme y despierta siempre con la verdad ante sí. 3 Salvará al mundo porque le da al mundo lo que él mismo recibe cada vez que practica las palabras de la verdad. 4. Nuestra práctica de hoy es muy simple. 2 Pues las palabras que utilizamos son poderosas y no necesitan pensamientos adicionales para poder producir un cambio en la mente de aquel que las utiliza. 3 Este cambio es tan absoluto, que ahora dicha mente se convierte en la tesorería en la que Dios deposita todos Sus dones y todo Su Amor para que sean distribuidos por todo el mundo, se multipliquen al darse y se conserven intactos porque su compartir es ilimitado. 4 Y así aprendes a pensar con Dios. 5 La visión de Cristo ha restaurado tu vista al haber rescatado tu mente. 5. Hoy te honramos. 2 Tienes derecho a la perfecta santidad que ahora aceptas. 3 Con esta aceptación, la salvación le llega a todo el mundo, pues, ¿quién seguiría abrigando el pecado cuando una santidad como ésta ha bendecido al mundo? 4 ¿Quién podría desesperarse cuando la perfecta dicha es suya y se encuentra al alcance de todos como remedio para el pesar y la miseria, para toda sensación de pérdida y para escapar totalmente del pecado y la culpabilidad? 6. ¿Y quién no sería ahora un hermano para ti, al ser tú su salvador y redentor? 2 ¿Quién no te abriría su corazón amorosamente, ansioso de unirse a uno que es tan santo como él? 3 Eres tal como Dios te creó. 4 Estas palabras disipan la noche y ya no hay más obscuridad. 5 La luz ha venido hoy a bendecir el mundo, 6 pues tú has reconocido al Hijo de Dios y en ese reconocimiento radica el del mundo.