Confiar, Escuchar y Seguir la Guía del Espíritu Santo. Entregar al Espíritu Santo el problema tal como se percibe y dejar que Él decida cuál es la Voluntad de Dios en cualquier situación. Confiar, Escuchar y Seguir la Guía del Espíritu Santo. "El Cristo en ti está muy quedo. Él sabe adónde te diriges y te conduce allí dulcemente, bendiciéndote a lo largo de todo el trayecto. Su Amor por Dios reemplaza todo el miedo que creíste ver dentro de ti. Su Santidad hace que Él se vea a Sí Mismo en aquel cuya mano tú sujetas, y a quien conduces hasta Él. Y lo que ves es igual a ti. Pues ¿a quién sino a Cristo se puede ver, oír, amar y seguir a casa? Él te contempló primero, pero reconoció que no estabas completo. De modo que buscó lo que te completa en cada ser vivo que Él contempla y ama. Y aún lo sigue buscando, para que cada uno pueda ofrecerte el Amor de Dios".T.24.V.6 ¿Qué haría el Cristo? Confiar, Escuchar y Seguir la Guía del Espíritu Santo.
4 Comentarios
Buenos días queridas amistades quiero invitarles a unirse conmigo en la lección que nos regala Un Curso de Milagros este día que dice: POR ENCIMA DE TODO QUIERO VER. Jesús nos invita a través de esta lección a establecer un horario durante el día y repetir la idea todas las veces que puedas. Me gustaría decir algunas cosas que surgieron mientras escuchaba la lección. Como seres espirituales, cristianos, creyentes o no, podemos pensar que, no se debería sentir miedo, ansiedad, preocupación, o incluso manifestar alguna enfermedad en el cuerpo porque esto negaría la creencia en Dios. Algunas veces le atribuimos a Dios lo que pasa o no pasa en el mundo, por lo que da terror cuestionar lo que se considera es un “juicio o voluntad divina”, por ende, se guarda silencio o se reza incesantemente para no ser “alcanzados, castigados por Dios” esto sin duda, es un pensamiento del ego. El ego del que nos habla el curso de milagros, es una creencia en la separación de Dios y su Hijo. Tiene su propia idea, percepción de Dios y, el miedo es su emoción preferida. El Espíritu Santo es la llamada al Amor, es la respuesta de Dios a la idea alocada en la separación. El perdón es su propósito. Todo lo que se percibe en este sentido, se puede ver desde percepción del ego (miedo) o desde la visión del Espíritu Santo (Amor, Paz) Por sus frutos los conoceréis. Sea lo que estés sintiendo, pensando, te brinda la oportunidad para elegir con qué maestro quieres verlo: el ego o el Espíritu Santo. Lo que decidas dará testimonio de lo que crees ser. Algunas enseñanzas religiosas incluso reafirman que no se “vería bien” hablar de los sentimientos porque un cristiano, religioso, espiritual debe tener fe y punto. Entonces se reprimen las emociones sin darse cuenta de que con ello, se está reforzando la creencia en el ego. Jesús, el Espíritu Santo sabe quién eres y las emociones, sentimientos que experimentes en el cuerpo, no pueden cambiar para nada, la Verdad que Jesús nos enseña y quiere recordarle a la mente en Un Curso de Milagros: Eres tal como Dios te creó. Para el Espíritu Santo todas estas emociones son una llamada de ayuda, un deseo profundo de despertar el recuerdo de Dios en la mente. La invitación entonces es a, no temer comunicar, expresar tus sentimientos, emociones, creencias, todos los pensamientos de ira, miedo o impotencia; no reprimir lo que sientes. ¿Cómo comunicar, expresar lo que sientes? Escucha y sigue la Guía interna, la ayuda que necesitas está en tu interior. Confiar, Escuchar y Seguir. El cómo te sientas, es la llamada al amor, tu luz interna que te invita a elegir de nuevo. No hay nada que temer. Recordar que ningún pensamiento es neutro y solo tus pensamientos pueden hacerte daño. La negación, represión es una estrategia del ego, para reforzar la creencia en un Dios lejano, castigador y aterrador. Al reprimir lo que sientes, estas reforzando su creencia. Jesús nos dice constantemente en la Biblia: el Padre y yo somos Uno. El Cristo en ti te lo recuerda. Las apariencias pueden cambiar, más la Verdad sigue siendo inmutable. Todo el Curso de Milagros es una invitación a observar tus pensamientos y ponerse en contacto con el Maestro de la Paz, el Espíritu Santo. Los problemas que percibes en tu mundo, puedes entregarlo, con total confianza al Espiritu Santo, puesto que cuando la obscuridad, el ego, se lleva a la Luz, esta se desvanece. Te invito entonces a expresar lo que sientes y entregarlo a tu Fuente. Entregarlo a la Luz mientras dices de todo corazón durante este día: POR ENCIMA DE TODO QUIERO VER. Es esta una oración poderosa de confianza y de entrega al Momento Presente y todo lo demás vendrá por añadidura. Que la paz sea contigo. Déjalo ir, es un Círculo de apoyo para volver a la paz que tiene como propósito despejar de la mente los obstáculos a la paz mental. Con la metodología de un grupo de autoayuda, guiados por los principios de un Curso de Milagros, abrimos el corazón y expresamos lo que sentimos libre de juicios. Brindamos espacios tanto grupal como sesiones de tú a tú. Todo es online desde donde estés. Si quieres usar este medio para sanar la mente y volver a la paz, puedes leer más sobre el Círculo de Apoyo o Registrarte para una sesión en: https://www.serdesdetuesencia.com/deacutejalo-ir.html Eleva el pensamiento,
al cielo sube, por nada te acongojes, Nada te turbe. A Jesucristo sigue con pecho grande, y, venga lo que venga, Nada te espante. ¿Ves la gloria del mundo? Es gloria vana; nada tiene de estable, Todo se pasa. Aspira a lo celeste, que siempre dura; fiel y rico en promesas, Dios no se muda. Ámala cual merece Bondad inmensa; pero no hay amor fino Sin la paciencia. Confianza y fe viva mantenga el alma, que quien cree y espera Todo lo alcanza. Del infierno acosado aunque se viere, burlará sus furores Quien a Dios tiene. Vénganle desamparos, cruces, desgracias; siendo Dios su tesoro, Nada le falta. Id, pues, bienes del mundo; id, dichas vanas, aunque todo lo pierda, Sólo Dios basta. Santa Teresa de Ávila 1. El Cristo en ti está muy quedo. 2 Contempla lo que ama y lo reconoce como Su Propio Ser. 3 Y así, se regocija con lo que ve, pues sabe que es uno con Él y con Su Padre. 4 El especialismo también se regocija con lo que ve, aunque lo que ve no es verdad. 5 Aun así, lo que buscas es una fuente de gozo tal como lo concibes. 6 Lo que deseas es verdad para ti. 7 Pues es imposible desear algo y no tener fe en que es real. 8 Desear otorga realidad tan irremediablemente como ejercer la voluntad crea. 9 El poder de un deseo apoya a las ilusiones tan fuertemente como el amor se extiende a sí mismo. 10 Excepto que uno de ellos engaña y el otro sana. 2. No hay ningún sueño de querer ser especial que no suponga tu propia condenación, por muy oculta o disfrazada que se encuentre la forma en que éste se manifiesta, por muy hermoso que pueda parecer o por muy delicadamente que ofrezca la esperanza de paz y la escapatoria del dolor. 2 En los sueños, causa y efecto se intercambian, pues en ellos el hacedor del sueño cree que lo que hizo le está sucediendo a él. 3 No se da cuenta de que tomó una hebra de aquí, un retazo de allá y que tejió un cuadro de la nada. 4 Mas las partes no casan, y el todo no les aporta nada que haga que tengan sentido. 3. ¿De dónde podría proceder tu paz sino del perdón? 2 El Cristo en ti contempla solamente la verdad y no ve ninguna condenación que pudiera necesitar perdón. 3 Él está en paz porque no ve pecado alguno. 4 Identifícate con Él, ¿y qué puede tener Él que tú no tengas? 5 Cristo es tus ojos, tus oídos, tus manos, tus pies. 6 ¡Qué afables los panoramas que contempla, los sonidos que oye! 7 ¡Qué hermosa la mano de Cristo que sostiene a la de Su hermano! a ¡Y con cuánto amor camina junto a él, mostrándole lo que se puede ver y oír e indicándole también dónde no podrá ver nada y dónde no hay ningún sonido que se pueda oír! 4. Mas deja que tu deseo de ser especial dirija su camino, y tú lo recorrerás con él. 2 Y ambos caminaréis en peligro, intentando conducir al otro a un precipicio execrable y arrojarlo por él, mientras os movéis por el sombrío bosque de los invidentes, sin otra luz que la de los breves y oscilantes destellos de las luciérnagas del pecado, que titilan por un momento para luego apagarse. 3 Pues ¿en qué puede deleitarse el deseo de ser especial sino en matar? 4 ¿Qué busca sino ver la muerte? 5 ¿A dónde conduce sino a la destrucción? 6 Mas no creas que fue a tu hermano a quien contempló primero ni al que aborreció antes de aborrecerte a ti. 7 El pecado que sus ojos ven en él y en lo que se deleitan, lo vio en ti y todavía lo sigue contemplando con deleite. 8 Sin embargo, ¿qué deleite te puede dar contemplar la putrefacción y la demencia y creer que esa cosa que está a punto de desintegrarse, con la carne desprendiéndose ya de los huesos y con cuencas vacías por ojos, es como tú? 5. Regocíjate de no tener ojos con los que ver ni oídos con los que oír ni manos con las que sujetar nada ni pies a los que guiar. 2 Alégrate de que el único que pueda prestarte los Suyos sea Cristo, mientras tengas necesidad de ellos. 3 Los Suyos son ilusiones también, lo mismo que los tuyos. 4 Sin embargo, debido a que sirven a un propósito diferente, disponen de la fuerza de éste. 5 Y derraman luz sobre todo lo que ven, oyen, sujetan o guían, a fin de que tú puedas guiar tal como fuiste guiado. 6. El Cristo en ti está muy quedo. 2 Él sabe adónde te diriges y te conduce allí dulcemente, bendiciéndote a lo largo de todo el trayecto. 3 Su Amor por Dios reemplaza todo el miedo que creíste ver dentro de ti. 4 Su Santidad hace que Él se vea a Sí Mismo en aquel cuya mano tú sujetas, y a quien conduces hasta Él. 5 Y lo que ves es igual a ti. 6 Pues ¿a quién sino a Cristo se puede ver, oír, amar y seguir a casa? 7 Él te contempló primero, pero reconoció que no estabas completo. 8 De modo que buscó lo que te completa en cada ser vivo que Él contempla y ama. 9 Y aún lo sigue buscando, para que cada uno pueda ofrecerte el Amor de Dios. 7. Aun así, Él permanece muy quedo, pues sabe que el amor está en ti ahora, asido con firmeza por la misma mano que sujeta a la de tu hermano. 2 La mano de Cristo sujeta a todos sus hermanos en Sí Mismo. 3 Él les concede visión a sus ojos invidentes y les canta himnos celestiales para que sus oídos dejen de oír el estruendo de las batallas y de la muerte. 4 Él se extiende hasta otros a través de ellos y les ofrece Su mano para que puedan bendecir todo ser vivo y ver su santidad. 5 Él se regocija de que éstos sean los panoramas que ves, y de que los contemples con Él y compartas Su Júbilo. 6 Él está libre de todo deseo de ser especial y eso es lo que te ofrece, a fin de que puedas salvar de la muerte a todo ser vivo y recibir de cada uno de ellos el don de vida que tu perdón le ofrece a tu Ser. 7 La visión de Cristo es lo único que se puede ver. 8 El canto de Cristo es lo único que se puede oír. 9 La mano de Cristo es lo único que se puede asir. 10 No hay otra jornada, salvo caminar con Él. 8. Tú que te contentarías con ser especial y que buscarías la salvación luchando contra el amor, considera esto: el santo Señor del Cielo ha descendido hasta ti para ofrecerte tu compleción. 2 Lo que es de Él es tuyo porque en tu compleción reside la Suya. 3 Él, que no dispuso estar sin Su Hijo, jamás habría podido disponer que tú estuvieses sin tus hermanos. 4 ¿Y te habría dado un hermano que no fuera tan perfecto como tú y tan semejante a Él en santidad como tú no puedes sino serlo también? 9. Antes de que pueda haber conflicto tiene que haber duda. 2 Y toda duda tiene que ser acerca de ti mismo. 3 Cristo no tiene ninguna duda y Su serenidad procede de Su certeza. 4 Él intercambiará todas tus dudas por Su certeza, si aceptas que es Uno contigo y que esa unidad es interminable, intemporal y que está a tu alcance porque tus manos son las Suyas. 5 Él está en ti, sin embargo, camina a tu lado y delante de ti, mostrándote el camino que Él debe seguir para encontrar Su Propia compleción. 6 Su quietud se convierte en tu certeza. 7 ¿Y dónde está la duda una vez que la certeza ha llegado? Tx.24.V Compartir en: |
Mayra ScottSer, desde tu esencia. |