La práctica del Instante Santo
Te entrego este instante santo.
Sé Tú Quien dirige, pues quiero simplemente seguirte, seguro de que Tu dirección me brindará la paz.
L-361-365
Sé Tú Quien dirige, pues quiero simplemente seguirte, seguro de que Tu dirección me brindará la paz.
L-361-365
Es posible aprender este curso inmediatamente a no ser que creas que lo que Dios dispone requiere tiempo. Y esto sólo puede significar que prefieres seguir demorando reconocer el hecho de que lo que Su Voluntad dispone ya se ha cumplido. El instante santo es este mismo instante y cada instante. El que deseas que sea santo, lo es. El que no deseas que lo sea, lo desperdicias. En tus manos está decidir qué instante ha de ser santo. No demores esta decisión, pues más allá del pasado y del futuro, donde no podrías encontrar el instante santo, éste espera ansiosamente tu aceptación. Sin embargo, no puedes tener una conciencia feliz de él mientras no lo desees, pues encierra dentro de sí la total liberación
Tu práctica, por lo tanto, debe apoyarse en tu buena voluntad de dejar a un lado toda pequeñez. El instante en que la grandeza ha de descender sobre ti se encuentra tan lejos como tu deseo de ella. Mientras no la desees y en su lugar prefieras valorar la pequeñez, ésa será la distancia a la que se encontrará de ti. En la medida en que la desees, en esa misma medida harás que se aproxime a ti. No pienses que puedes ir en busca de la salvación a tu manera y alcanzarla. Abandona cualquier plan que hayas elaborado para tu salvación y substitúyelo por el de Dios. Su plan te satisfará. No hay nada más que pueda brindarte paz, pues la paz es de Dios y de nadie más que de Él.
Tx.15.IV
Abandona tus sueños, santo Hijo de Dios, y elevándote tal como Dios te creó, prescinde de los ídolos y acuérdate de Él. La oración te sostendrá ahora y te bendecirá según alzas tu corazón a Él en un canto ascendente que se eleva muy alto, y luego más alto aún, hasta que tanto lo alto como lo bajo desaparecen. La fe en tu objetivo crecerá y te apoyará según asciendas por la luminosa escalera que te lleva a las praderas celestiales y al umbral de la paz. Pues esto es la oración, y ahí se encuentra la salvación. Éste es el camino. Éste es el regalo que Dios te hace.
Canto de la Oracion.I.3
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Cuando ores, entra en tu cuarto,
cierra la puerta y ora a tu Padre,
que está en lo secreto, y tu Padre,
que ve en lo secreto, te lo recompensará.
Mt.6.1
Cuando ores, entra en tu cuarto,
cierra la puerta y ora a tu Padre,
que está en lo secreto, y tu Padre,
que ve en lo secreto, te lo recompensará.
Mt.6.1
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